De cómo la realidad nos ha dado una bofetada en el E3

Hola de nuevo, o tal vez hola por primera vez, si sois nuevos lectores. Algunos quizás nos recordeis, otros quizás no tengais ni idea de quienes somos. Realmente, no tiene importancia.

Somos "Camarero, un par de Koopas!", un blog independiente (y pobre) sobre videojuegos. Nuestra única razon de ser es expresar nuestras opiniones (muchas veces dispares) sobre el medio por y para el cual vivimos, y, como ya habreis descubierto, no hablamos de las carreras de escarabajos.

Ha llovido mucho desde que nos prodigamos por ultima vez en escribir sobre vuestras pantallas. Los motivos son variados y puede que algun dia nos decidamos a contarlos. Quizás no, quizás a nadie le interesen. La realidad es que esto no tiene nada que ver con lo que hoy quiero decir.

Hoy es dia de resaca. Se acaba el E3, se acaba la etapa mas importante del año en la vida de todo gamer. Durante tres dias, para nosotros, los que vivimos entre masas de poligonos, el mundo se paraliza. Y, durante los dias anteriores al evento,  no somos muy diferentes de un niño que espera los regalos de Navidad.

El problema es que este año, Papá Noel ha decidido, salvo honrosas excepciones, traernos ropa. Y eso es algo que cualquier niño odia.

Hemos visualizado, durante tres días, cómo las grandes, las empresas punteras, se ponían en ridiculo a si mismas. Hemos contemplado como la por todos odiada Ubisoft ha sido la única capaz de darnos esperanza para el año que viene. Hemos contemplado el principio del fin.

Esa última frase es muy dramatica, pero permitidme que me explique; no es que no hayamos visto cosas interesantes a lo largo de estos días. Las hemos visto: Dishonored pinta demencial, Rayman Legends promete ser tan genial como su antecesor, The Last of Us tiene una pinta estupenda... y quizás podríamos seguir durante un rato, tampoco excesivamente largo.

El problema no es lo que hemos visto, es lo que no hemos visto. No hemos visto nada nuevo por parte de las tres grandes. No hemos visto riesgo, no hemos visto apuesta por nuevas ideas, no hemos visto nada que no hubieramos podido adivinar que nos iban a enseñar.

La gran N es un maravilloso ejemplo de lo que aquí trato de decir; su pre-conferencia (si podemos llamar así a un vídeo grabado y emitido en diferido con Iwata contándonos cosas que ya sabíamos) fue una vergüenza de la que aún se rie medio internet. Y durante el propio E3, lo único con lo que nos han obsequiado a lo que podamos considerar un producto arriesgado, es Pikmin 3. Y cuando lo más innovador que uno propone es una secuela, la cosa pinta mal.

Pero claro, esto no va solo de Nintendo, esto va de la industria. Va de que estamos más cercanos del estancamiento que provocó el crack del videojuego de los 80 que de la era dorada que vivimos a principios de los 90. Va de que el referente a seguir ahora es el juego social, comecuartos, diseñado para absorver al jugador en tareas repetitivas y absurdas y con la intencion de captar la mayor cantidad de jugadores posibles. Y mientras esto antes era anecdótico, una realidad minoritaria sobre la que todos escupíamos, ahora contemplamos que nos han cazado mientras nos dormíamos en los laureles. Las principales compañias apuestan por el dinero puro y duro, de manera aún mas salvaje de lo que lo han hecho siempre. La propuesta dirigida a un público minoritario se ve relegada a lo independiente, y ya no importan los valores creativos o artisticos.La industria ha dado muerte a la vision del creador.

El país de los videojuegos está lleno de ciegos y Zynga es la reina.

Que esto es así es visible hace años, pero nunca había estado tan claro como hasta ahora. Nunca habíamos llegado al punto de que la ¨ganadora¨ de un E3 fuera Ubisoft. Esa Ubisoft que nos machaca con juegos basura, que maltrata al jugador con DRM's abusivos, y que solo de vez en cuando nos regala alguna perla, en forma de Beyond Good and Evil, Prince of Persia o Rayman, esa es la que nos ha salvado los muebles, la que permite que durante un año mas podamos confiar en que el año que viene todo habrá cambiado. La que nos permite seguir haciendo apuestas sobre qué presentarán el año que viene esos tres pilares que sostienen la industria y que parecen estar ya demasiado llenos de verdín y con fisuras evidentes.

Y cuando solo podemos confiar en Ubisoft, mal futuro nos aguarda...

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